Édver Augusti Delgado Verano (*)

Participar semanalmente en el Taller Crea-Acción Literaria no solo implica la adquisición de conocimientos y herramientas para escribir de manera eficaz, sino que trasciende esa dimensión. Este enriquecedor viaje, dirigido por el médico y escritor Carlos Alberto Velásquez, sumerge a los participantes en el apasionante mundo de la imaginación, la fantasía y la creación, al mismo tiempo que los integra en un ambiente fraterno que potencia las etapas del proceso creativo. 

En cada encuentro la colaboración y el intercambio entre los participantes dan origen a un tejido literario único, donde las ideas se entrelazan y las perspectivas se multiplican. Aquí la confianza y el respeto mutuo cultivan un ambiente propicio para la expresión genuina y el crecimiento personal y literario.

La atmósfera jubilosa no sólo surge de la constante adquisición de conocimientos, sino también de la apreciación y celebración de la diversidad de voces y estilos que convergen en este estimulante espacio creativo. Semana tras semana, se desarrolla un encuentro apasionante con la literatura, donde se comparte la misma pasión con aquellos que viven este compromiso. 

Cada intercambio con el maestro y los compañeros revela técnicas y secretos de la escritura que enriquecen el proceso a través de un intercambio productivo con otros apasionados de la palabra. Esta dinámica hace que el espacio de lectura y escritura se transforme en un refugio donde las palabras cobran vida y las historias se entrelazan de manera única. 

Dentro de este taller, se cultiva un ambiente de exigencia y crítica respetuosa que constituye el sólido cimiento para el crecimiento continuo de cada participante. Bajo la atenta guía del maestro Carlos Alberto Velásquez:

 La exigencia se transforma en un estímulo, en una brújula que orienta el perfeccionamiento de la creación literaria. 

En este espacio, la crítica se presenta como una herramienta valiosa, siempre enmarcada en el respeto y la construcción colectiva. Cada palabra escrita se somete a un escrutinio reflexivo, señalando áreas de mejora y destacando aciertos. La crítica se convierte así en un espejo en el que los participantes observan sus fortalezas y debilidades, con el claro objetivo de evolucionar como escritores. 

La exigencia no se limita únicamente al contenido literario, sino que abarca la ortografía y la forma de plantear las ideas. El énfasis en la precisión y corrección lingüística es una parte integral del proceso de aprendizaje, con cada corrección y sugerencia destinada a pulir no sólo la gramática, sino también la capacidad de expresar ideas de manera clara y efectiva. 

Este enfoque riguroso se convierte en el vehículo que impulsa a los participantes a superar sus propios límites, desafiarse y perfeccionar cada faceta de su escritura. La exigencia y la crítica constructiva se entrelazan para crear un ambiente propicio para el desarrollo y la excelencia literaria.

(*) Director de la Editorial Libros para Pensar