Por: Édver Augusto Delgado Verano.

En medio del agite, las nimiedades, los afanes y achaques propios de la vida actual, es muy importante dedicarle un buen tiempo a la lectura que es el mejor ejercicio para nuestro cerebro.

Gastar segundos, minutos y horas en la lectura de textos escritos, es ocupar muy bien el tiempo, es —sin lugar a dudas— invertir tiempo en el procesamiento de datos e información para la construcción del conocimiento que con la experiencia nos acerca a la sabiduría, por esta razón quien más lee, más sabe, más comprende y mejor disfruta la vida.

Leer es bueno porque ayuda a ampliar la visión que tenemos del mundo; nos ayuda a ver la realidad desde diversos puntos de vista; nos da nuevas perspectivas, mejores paradigmas, y nos ayuda a comprender quiénes somos y de qué somos capaces.

Leer es viajar, y es un importante ejercicio mental que relaja, despeja y favorece el descanso.

La lectura es el mejor ejercicio intelectual. Así como se va al gimnasio para tonificar el cuerpo, es fundamental tomar un texto para ejercitar las neuronas, reactivar las ideas, motivar el cambio y fortalecer la innovación y el cambio.

  • Quien lee es más creativo e innovador, por lo tanto le aporta más a la sociedad.
  • Quien lee es más crítico y por lo tanto no se deja convencer fácilmente por los fanfarrones, mentirosos y por la superficialidad que ofrece el mercado y la moda
  • Quien lee logra un mejor criterio y es capaz de argumentar sus opiniones.
  • Quien lee mucho tiene mucho para contar y para escribir.
  • Quien lee piensa, siente y vive mejor.
  • Quien lee se mueve en el espacio y esto le abre un mundo de posibilidades.
  • Para lograr ser buenos lectores es necesario adquirir un hábito y este se logra leyendo mínimo cinco páginas diarias.
  • Quien lee viaja en el tiempo y esto lo hace más conocedor y capaz de narrar grandes aventuras.

Para lograr ser buenos lectores es necesario adquirir un hábito y este se logra leyendo mínimo cinco páginas diarias.

La lectura es una actividad en la que intervienen dos aspectos fundamentales:

  • Uno de orden físico, la percepción visual.
  • Otro de orden intelectual, la comprensión mental de lo leído.

Estos aspectos, siempre en íntima interacción, son de capital importancia, ya que de su adecuado desarrollo depende la eficiencia en la lectura: sólo el lector capaz de desarrollar parejamente ambos aspectos —mediante las técnicas y el entrenamiento especialmente ideados para tal fin— podrá obtener un máximo rendimiento (Mayo, 1993).

Con la lectura pasa lo mismo que con muchas cosas de la vida: lo mejor no es la cantidad sino la calidad, por esta razón es indispensable practicarla para lograr la calidad que es la verdadera comprensión de lo que se lee, y es indispensable saber que, el fin no es leer muy rápido, tampoco muy lento, sino lograr la justa medida, que es leer e ir interpretando, analizando, comprendiendo y sintetizando.

Comprender es ser capaces de extraer de forma crítica la totalidad de los contenidos e ideas del texto. Esto nos permite la adquisición de más y mejor conocimiento.

Una lectura comprensiva nos permite ser activos en el proceso, al ser capaces de decodificar el mensaje, interpretarlo, analizarlo, contextualizarlo, sintetizarlo y reproducirlo para pensar mejor.

En cuanto el escritor más lea, más comprende, más sabe y mejores herramientas adquiere para vencer a la bruja terrorífica llamada: hoja en blanco.

Lógica:

QUIEN + LEE + SABE + PIENSA = HABLA, ESCRIBE Y VIVE MEJOR.

La lectura crítica sólo se logra si primero se ha realizado una buena lectura literal (local), y una precisa lectura inferencial (global), porque así, si se puede realizar una seria y productiva intertextualidad.

Lectura literal: Componente semántico (indaga qué dice el texto, su contenido conceptual, ideológico y enciclopédico). Identifica y entiende los contenidos locales que conforman el texto.

¿Qué dice el texto?

(Efecto espejo)

Lectura inferencial: Componente sintáctico (Indaga cómo se organiza o presenta la información). Comprende cómo se articulan las partes de un texto para darle un sentido global.

¿Qué quiere decir lo que dice el texto?

¿Qué es lo que el texto calla?

(Efecto extracción de petróleo)

Lectura crítica: Componente pragmático (Explora quién presenta la información y cuáles son las condiciones particulares del contexto en el que surge). Reflexiona a partir de un texto y evalúa su contenido de acuerdo a similares y diferentes textos.

¿Qué análisis y juicio de valor merece el texto?

La lectura crítica permite poner a pelear el texto con otros textos. Esta produce conocimientos, favorece la argumentación y lleva a la acción conciente.

(Efecto varias voces)

No todas las personas que dicen saber leer, verdaderamente lo saben, porque esta práctica es mucho más que pronunciar adecuadamente y a una buena velocidad las palabras.

  • Para ser un buen lector se requiere comprensión, intuición y mucha observación.
  • Para ser un buen lector es fundamental la disciplina, porque ella permite desarrollar una práctica continua. Quienes son buenos lectores le dedican varias horas del día a este ejercicio y al año, reportan un número bastante alto de libros leídos.
  • Sólo se logra ser buen lector invirtiendo tiempo de calidad. No se lee bien mientras se está escuchando música, viendo televisión o con las ventanas del chat activadas.
  • Hay muchos modos de leer, como de escribir, por lo tanto no es lo mismo leer para recrearse que para responder un examen. Un cuento no se lee igual que un informe temático o un trabajo de investigación.
  • Los buenos lectores son, casi siempre, buenos escritores porque cuentan con buenos referentes y la experiencia necesaria para saber ubicar muy bien las palabras y las oraciones, en sí, las ideas.
  • Cuánto más leemos, más conocimiento atesoramos, y estos conocimientos nos sirven para disfrutar mejor las lecturas, por eso en cuanto más leemos más queremos leer.
  • El buen lector tiene fluidez verbal, un léxico rico y amplios conocimientos generales, porque cuando no comprende un tema busca información sobre él.
  • Un buen lector, cuenta con una excelente memoria, bastante imaginación, sensibilidad artística y un óptimo criterio para evaluar su contexto y los pequeños detalles. Estas habilidades, le dan la capacidad de ser un agente de transformación social y no un producto de ella.
  • Un buen lector si lee varios libros al tiempo, no pierde el hilo de sus diferentes narraciones.

La lectura ayuda a busca comprender y comprenderse mejor en el universo de posibilidades que presenta el mundo.

Un buen lector lee calidad:

Libros de formación personal: psicología y motivación.

  • Literatura universal: novela, cuento, fábula, poesía.
  • Actualidad: crónicas, críticas y reportajes.
  • Periódicos, informativos y revistas serias.
  • Economía, reportes y comparativos.
  • Filosofía, reflexiones y ensayos.
  • Ciencia, análisis y crítica.
  • Páginas web confiables.
  • Blogs especializados.
  • Arte y cultura.

Un lector básico, “light” o de momento:

Un lector superficial busca sólo pasar el rato y se queda en lo más simple y muchas veces, en lo poco profundo. Casi siempre es además un mal televidente y radioescucha porque sus lecturas sólo son:

  • Novelas rosas.
  • Caricaturas y comics.
  • Cualquier página web.
  • Revistas de farándula.
  • Periódicos amarillistas.
  • Blogs sin criterio ni calidad.
  • Libros famosos para decir que los leyó.

De lo anterior se puede deducir que:

 Dime qué lees, qué miras y qué escuchas, y te diré, como piensas, como sientes y como actúas”.

 

Referencias

A.A. V.V. (1977). La fuerza de las palabras, cómo hablar y escribir para triunfar. México: Selecciones del Reader´s Digest.

Belträn M, Héctor. (1992). Claves para estudiar, redactar y presentar informes científicos. Bogotá: Ed. Usta.

Betancur, María Cecilia, (2006). Dichosos los que saben hablar. Bogotá. Ed. Plaza y Janes.

Cavarico, Edda. (1979). Sala de redacción, la noticia y la entrevista en prensa, radio y tv. Bogotá: Ecoe.

Cassany, Daniel. (2013). La cocina de la escritura. Barcelona. Ed. Anagrama.

De la torriente, Gastón. (1997 b). Cómo escribir correctamente. Domine su lenguaje. Madrid: Ed. Norma.

Ferré, Rosario. (2003). La cocina de la escritura. Editorial del cardo.

García M, Gabriel. (1995). Cómo se cuenta un cuento. Bogotá: Voluntad.

Janner. G. (1992). Cómo presentar con éxito nuestras ideas a los demás. Bilbao: Deusto.

Mayo, W. J. (1993). Como leer, estudiar y memorizar rápidamente, Domine su lenguaje. Bogotá: Norma.